Actualmente las técnicas de hipnosis están siendo bastante utilizadas en el quehacer clínico, especialmente como facilitadoras y catalizadoras de otras estrategias terapéuticas.
En este sentido, existen ciertas similitudes entre la hipnosis y otras técnicas ampliamente utilizadas como la relajación progresiva, el entrenamiento autógeno, la meditación, el biofeedback, la imaginación dirigida y otras técnicas cognitivo-conductuales.
Lo que hace posible crear paquetes terapéuticos combinados de gran efectividad, donde la hipnosis actúa como un mecanismo potenciador de dichas técnicas.
MITO 1: La hipnosis no pertenece al campo de la psicología científica. Quienes la practican suelen ser charlatanes, curanderos u hombres del espectáculo. Las personas que mejoran con ella, son crédulos, ignorantes y "dependientes".
REALIDAD: La hipnosis es objeto de estudio científico y experimental, cuenta con revistas especializadas de reconocido prestigio (como por ejemplo, The International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis o Contemporary Hypnosis), y forma parte del curriculum de las universidades de los países más avanzados del mundo. Ello no evita que charlatanes y desconocedores de esta realidad, hablen y practiquen la hipnosis desde una óptica deleznable y más lucrativa que "sanadora". Por ello, la única defensa del "consumidor", es preguntar por la capacitación del "hipnotizador" y por la evidencia empírica de sus afirmaciones.
MITO 2: La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona. ésta deviene en un autómata en manos del hipnotizador, por lo que puede cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o que le llevan al ridículo social.
REALIDAD: No existe ninguna evidencia de que alguien haya obrado en contra su voluntad debido a la hipnosis. Los casos anecdóticos se explican mejor por el control social de quien supuestamente ha hipnotizado a la persona perjudicada. Bajo hipnosis no se pierde el control. La persona hipnotizada puede interferir con las sugestiones que no le agraden, controlando la situación hipnótica. Además, la auto- hipnosis es, una estrategia de auto-control y de afrontamiento, lo que fomenta es que la persona aprenda a controlar sus respuestas automáticas, no involuntarias.
MITO 3: La hipnosis puede dejar a la persona “enganchada” en un trance, de forma que, al no poder “salir del estado hipnótico”, quedaría mermada en su volición o devendría en un demente.
REALIDAD: El concepto de trance es descriptivo. Muchos investigadores lo han descartado por su futilidad científica, y por la evidencia experimental contraria. Nadie se queda enganchado en algo que no existe. Algunas personas pueden mostrar una mayor dificultad en “deshipnotizarse”, similar a la dificultad que pueden experimentar con otras técnicas de relajación, imaginación o concentración. Simplemente dando tiempo y buenas explicaciones, esta dificultad deja de serlo.
MITO 4: La hipnosis provoca un “estado” similar al del sueño, en el que la persona muestra unas características especiales. Si no se alcanzan tales características, la persona no está hipnotizada.
REALIDAD: La hipnosis no implica ninguna clase de sueño. La apariencia hipnótica habitual (relajación, ojos cerrados, etc.), sólo es una forma más de usar la sugestión hipnótica, ya que existen otras formas de hipnosis en las que se sugieren reacciones de alerta y actividad, opuestas a la pasividad o el aletargamiento (hipnosis alerta, activo-alerta y despierta).
MITO 5: La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mágicas en las personas.
REALIDAD: Bajo hipnosis sólo tienen lugar aquellas cosas que también ocurren fuera de hipnosis. La persona hipnotizada, por tanto, no tiene reacciones o competencias que no posea ya en su repertorio. La hipnosis puede ayudarle a descubrir que puede hacer más de lo que la persona cree. Pero no puede proporcionar nuevas destrezas, facultades o habilidades.
MITO 6: La hipnosis es una terapia (hipnoterapia), sumamente útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento.
REALIDAD: La hipnosis no es una terapia, sino una técnica adjunta o coadyuvante que facilita el resultado de una intervención. Como otras formas de usar la sugestión, puede acelerar el tratamiento, disminuyendo el esfuerzo subjetivo de la persona. No obstante, no lo elimina completamente, algo muy adecuado, ya que, normalmente, el paciente debe esforzarse e implicarse activamente en el tratamiento para obtener los beneficios perseguidos.
MITO 7: Es imposible que la persona hipnotizada mienta. Lo que se recuerda bajo hipnosis siempre es verdad.
REALIDAD: Este es uno de los mitos más iatrogénicos, pues pueden consolidar delirios, así como crear situaciones familiares y sociales perjudiciales basadas en información sin fundamento (por ejemplo, abusos sexuales en la infancia que no se dieron). La persona hipnotizada no revelará nada que no desee, ya que mantiene el control en todo momento, pudiendo mentir a voluntad. Además, junto con las preguntas tendenciosas, la falsa creencia de que la hipnosis puede aumentar la memoria de sucesos pasados disociados en el inconsciente, puede llevar a la creación de falsos recuerdos. La persona hipnotizada es capaz de recordar cosas correctas e incorrectas, pero aumenta su confianza en que lo que recuerda es cierto, aunque no lo sea. Es probable que no pueda distinguir un recuerdo falso de uno real.
La hipnosis es definida por la sección 30 de la APA como un estado de consciencia que envuelve un foco concentrado de atención y reducción de la consciencia periférica, la cual se caracteriza por un aumento en la capacidad de respuesta a la sugestión.
Típicamente, la hipnosis está involucrada en la introducción del procedimiento por el cual el sujeto es informado de que se le van a presentar experiencias imaginativas. La inducción hipnótica es una
Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiada por otra (el hipnotizador) para responder a sugestiones por cambios en experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento, o comportamiento. Las personas también pueden aprender auto-hipnosis la cual es el acto de administrarse procedimientos hipnóticos uno mismo. Si el sujeto responde a sugestiones hipnóticas, generalmente infiere en que se ha inducido hipnosis. Muchos creen que las respuestas a la hipnosis y a las experiencias son características de un estado hipnótico. Mientras que algunos creen que no es necesario usar la palabra hipnosis como parte de una inducción hipnótica, otros lo ven como esencial.
Dependiendo de la meta del practicante y los propósitos de la investigación