En la mayoría de los casos no se puede hablar de patología depresiva. Se trata más bien de un conjunto de síntomas como apatía, mal humor o sensación de cansancio que podrían confundirse con una depresión, y que en algunos casos la podrían ocultar o incluso desencadenar.
En su forma más habitual, este malestar postvacacional dura entre una semana y diez días. Cada persona lo vive de forma diferente y está relacionado con la vinculación del individuo a su trabajo cotidiano y el grado de satisfacción laboral.
Un trabajo con cierta autonomía, tareas variadas, mínima incertidumbre y una retribución adecuada no suelen provocar más que una leve sensación postvacacional y no un síndrome molesto y desagradable.
DECÁLOGO POSTVACACIONAL
1. Incorporarse al trabajo con el máximo nivel de realajación posible.
2. Evitar la soledad buscando el apoyo y la ayuda de compañeros o familiares.
3. Estimular la autoestima y tener pensamientos positivos.
4. Hacer ejercicio diario es fundamental e inexcusable.
5. Intercalar actividades divertidas y mantener el buen humor.
6. Consumir una dieta equilibrada,variada y moderada.
7. Incorporar novedades en las tareas laborales cotidianas.
8. Utilizar métodos de autodisciplina y control conductual.
9. Evitar el consumo de medicamentos estimulantes sin prescripción médica.
10. Consultar a su especialista si el malestar dura más de diez días.